miércoles, 16 de noviembre de 2011

Neron

Neron hatte gester wohl eine Duskusion mit einem Artgenossen. Eine Bisswunde zwischen Auge und Nase waren wohl die Argumente seines Gesprächspartners. Sieht ganz schön unschön aus, sein Kopf heute. Jetzt gibt Antibiotika und ein paar Tipps im Umgang mit ausländischen Hunden.

Parece, que Neron ha tenido una discusion con otro de su genero. Una herida entre ojo y mariz, será uno de los argumentos del otro participante de esa conversación. Tiene pinta mala, su cabeza. Ahora recibe antibiotica y unos consejos en cuanto a argumentos en discusiones con perros extrajeros.



Que cosas mas raras

Hace dos semanas, en el Triatlon de Orihuela,me quedé sin vista. Una semana mas tarde tenía un blackout. Me ha salido inposible pronunciar la palabra "mountainbike". Que cosa más rara. Si hubiera sido una palabra como "factura" "travajo", o parecido, podría comprenderlo. Por el consejo del amigo Leo, consulté el médico. No sabemos mucho más.
Hoy tampoco no he podido evitar el travajo por completa. Pero, vamos, lo del tractor es más diversion que travajo. Tras la historio del Ingles de ahier, y esto de hoy, estoy convencindo, que mañana habrá mejores noticias.




Was es alles so gibt


Nachdem ich vor knapp zwei Wochen mit vorübergehender Blindheit geschlagen war, hat sich vor ein paar Tagen noch ein kurzer geistiger Blackout bemerkbar gemacht. Der zeigt zwar an, dass da noch geistige Restbestände abzurufen wären. Ich konnte ein paar Momente lang das Wort "Mountainbike" nicht mehr aussprechen. Wenn es etwa ein Wort wie "Steuernachzahlung", oder "zu Erledigendes" gewesen wäre, könnte ich das Ganze ja noch verstehen. Also hat mir Leo ins Gewissen geredet, was seinerseits beweist, dass ich eines habe. Ich war also beim Onkel Doktor. (Lieber Helmut, ich glaube wir schlucken zur Zeit die gleichen Pillen.) Was es alles so gibt??? Nach der Begegnug de besonderen Art, gestern mit dem Engländer, gehe ich jetzt mal davon aus, dass ich morgen wieder etwas Positiveres zu berichten haben werde. Ach so, Arbeit liess sich auch heute nichgt ganz vermeiden.

martes, 15 de noviembre de 2011

Ataque de un Ingles

Hoy en nuestra finca nos ha atacado un Ingles llamado Mikel. Lo peor de todo es que ha arastrado a Gitty con su coche. Una persona menos habil sería muerta. Mañana iré al cuartel para poner denuncia. A ver si algo se mueve.

Heute hat ein Engländer mit Namen Mikel uns auf unserer Finca angegriffen. Das Schlimmste war, dass er Gitty mit seonem Wagen mitgeschleift hat. Ein weniger bewegliche Person, wäre wahrscheinlich tot. Morgen werde ich bei der Guardia Civil Anzeige erstatten. Mal sehen, ob sich da was tut.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

campeonato de triatlon larga distancia Orihuela 6y.11.2011


Durante la noche anterior a la carrera hubo un viento fuerte con rachas superfuertes. Una de ellas ha movido la caravana, en la que pasamos esa noche. El ruido del viento y el sacudido de la caravana, no nos dejaron dormir de verdad. Ese viento no aflojaba para nada. Al contrario. En el viaje al pantano al día siguente, donde dieron la salida, nos saludaron los arboles inclinandose.
            A las ocho de la mañana (mas o menos) nadamos a aguas mas profundos, donde dieron la salida. No me ha dado tiempo para iniciar el cronometro y como no querría perder el contacto con el grupo, salí sin tiempo. Cuando mas lejos estuvimos de la orilla, mas altos se hicieron las olas. Los vientos fuertes que nos dieron por la cara, amontonaron olas altas con cimas de espuma blanca. No sabía yo, que en un pantano puede haber olas tan grandes. Ya el agua movido estaba sucio para no ver nada, y en el alrededor, las olas y la espuma nos cortaron la vista. A unos cuantos cientos de metros, entonces ya he bebido pastante de esa sopa sucia, me encontré en un grupo pequeño de nadadores, en el que todos parecían palatear por sus vidas. Siempre cuando piensas, que no puede hacerse peor, es un hecho, de que si,  se va hacer peor. No ví no boya ni barco, tan solo olas y espuma. A poco rato estuvimos entre tres, y poco despues desaparecieron también mis últimos dos acompañantes. No tenía ni idea donde estaba. Intenté de orientarme. En el cielo, detras de las nubes, había una mancha iluminada, que represetaba el sol. Como me acordé, que tenía que nadar dirección norte, calculé el angulo al sol, y seguí nadando como pudo. En un momento dado dos nadadores me cruzaron de frente. Les pregunté por donde tenía que ir y me contestaron, que no tenían ni idea, y que ellos también se habían perdido. Por primera vez en mi vida triatlética, pensaba en retirárme, sin saber dónde y cómo. Estaba cansado, desorientado, enfriado y no sabía que hacer. De repente aparecieron una boya un un nadador. “¿Es esta la última boya, donde girar?” pregunté. “Creo que si.” Contestó el otro y desaparció. Nadé alrededor de la boya y seguí en dirección hacia al sur, cuado me crucé con otro nadador que nadaba de mi izquierda a la derecha. Luego he podido ver la silueta de un barco. “¿Dónde estoy, y por dónde tengo que ir? Gité. “¡A la derecha!.” Cinco minutos mas tarde me atacó un calambre en el jemelo. Intenté de masar el músculo, tiré el pié por el dedo gordo, salí tres, cuatro veces a la superficie para cojer aire y seguí nadando con una pierna solo. Varias veces limpié mis gafas. Casi no vi nada, nadé practicamente ciego. En un momento dado, despues de imaginadas diez horas, oí una voz llamando: “A la derecha, hacia la boya.” Rocé con unas ramas que salieron a la superficie. “Por aqui!” gritaba la voz.
            Por misterio llegué a un lugar, donde he podido averiguar una vía oscura que tenía que ser el canal, por el que tuvimos que nadar al final. Luego mis manos tocaron el suelo, me levanté, me quité las gafas, y... no ví nada. Me acerqué a unas voces, ví sombras oscuros y algien me cojió por el brazo. Un voluntario me acompañó a la carpa donde me quedé esperando a que vuelva la vista. Al cabo de unos minutos me lleavron a la cruz roja, donde me lavaron los ojos. El mundo se escondió detras de una nieble densa. Volví a la carpa y hablé con Gitty. Decidí de cojer la bici y andar a pié hasta que vuelva la vista. Cuando he podido ver el borde de la carretera y la linea central, monté a la bici y empezé luchar contra el viento. Los ojos empezaron a doler cada vez más. Casi no ví nada, y el dolor se hizo cada vez más fuerte. (El dolor desaparece, el honor dura) Asi seguí en dirección del campeonato de España. Chorros de lagrimas salieron de mis ojos, el dolor se hizo inaguantable y la vista era practicamente nula.
            Al final de la primera vuelta al pantano no he podido más. Todo el rato oí un motor detras de mi. Era el coche escoba, que en este momento me cojió. Por primera vez en mi vida triatleta he tenido que reitirarme.
            La proxima carrera solo puede ser mejor.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Campeonato de Triatlon Larga Distanzia Orihuela 6.11.2011



Heute flopp, morgen topp!!

Dabei hat alles noch ganz gut angefangen: Schon in der Nacht auf Sonntag fegte ein heftiger Wind übers Land. Eine der Böen hat unseren Caravan von der Stütze geschoben. Bei den Windgeräuschen und dem Geschüttel war kaum an Schlafen zu denken. Der Wind hatte über Nacht auch kein Bisschen nachgelassen. Im Gegenteil. Schon auf der Fahrt zum Startplatz am andern Morgen, verneigten sich die Bäume vor uns und schickten rollende Büsche übers Land.
            Wir sollten also um 8Uhr vom Ufer zum Startplatz, weiter draussen im Stausee schwimmen. Okay, dachte ich, Warmschwimmen. Noch als eine dünne Stimme der Organisation etwas in den Wind erzählte, ertönte das Startsignal. Wir hatten keinen Boden unter den Füssen, so dass ich die Stoppuhr am Handgelenk nicht richtig starten konnte. Ich wollte ja auch den Anschluss an die Gruppe nicht verlieren und schwamm einfach los. Je weiter wir in den See hinaus schwammen umso grösser wurden die Wellen. Der heftige Wind, der uns von vorne ins Gesicht blies, türmte meterhohe Wellen mit weissen Schaumkronen auf. Ich wusste bis dahin nicht, dass auf einem See, so hohe Wellen überhaupt möglich sein können. Natürlich war in dem vom stürmisch bewegten Wasser aufgewirbelten Dreck nichts zu sehen und oben in der Luft schnitten uns die Wellen und die Gischt die Sicht ab. Nach wenigen hundert Metern, ich hatte schon mächtig viel von der dunklen Brühe geschluckt, befand ich mich in einer kleinen Gruppe, in der jeder um sein Leben zu strampeln schien. Und wenn du denkst, schlimmer kann’s nicht mehr werden, wird’s mit absoluter Sicherheit schlimmer. Weit und breit keine Boje, kein Boot. Nur Wellen und Wind. Bald waren wir noch zu dritt und irgendwann verschwanden auch meine beiden letzten Begleiter. Ich hatte keine blasse Ahnung wo ich mich befand. Ich versuchte mich zu orientieren. Hinter den Wolken gab es eine hellere Stelle, hinter der die Sonne sein musste. Ich glaubte mich zu erinnern, dass wir die ersten 2000 Meter nach Norden hin schwimmen mussten, berechnete so gut es ging den vermuteten Winkel zur Sonne und schwamm weiter. Irgendwann kamen mir drei Schwimmer entgegen. Ich fragte sie wo’s lang ginge, doch sie sagten nur, dass sie die Orientierung verloren hätten und einfach irgendwohin schwämmen. Zum ersten Mal in meiner Triathlon-Zeit dachte ich ernsthaft an aufgeben. Ich war erschöpft, orientierungslos, unterkühlt und wusste nicht wie’s weiter gehen sollte. Dann tauchten aus dem Nebel eine Boje und ein Schwimmer auf.“ Ist das die Wendemarke?“ rief ich ihm entgegen. „Ich glaube schon.“ kam’s halb vom Wind verschluckt zurück. Ich umschwamm die Boje und strampelte Richtung Süden. Aus dem Nebel tauchte ein Schwimmer, der quer zu meiner Bahn schwamm, auf. Dann konnte ich den Schatten eines Bootes ausmachen. „Wo bin ich und wo geht’s lang?“ gurgelte ich dem fliegenden Holländer entgegen. Ich sollte nach rechts, dann immer gerade aus. Im nächsten Moment riss ein heftiger Muskelkrampf an meiner Wade. Ich versuchte den Muskel zu massieren, zog den Fuss am grossen Zeh nach vorne, tauchte immer wieder auf um Luft zu holen und schwamm danach erstmal einbeinig weiter. Immer wieder versuchte ich meine Schwimmbrille zu putzen. Ich sah kaum etwas, schwamm völlig blind weiter. Irgendwann, nach gefühlten zehn Stunden rief eine Stimme aus dem Dunkel: „Nach rechts, zur gelben Boje!“ Ich geriet in das Geäst überschwemmter Bäume. „Hierher!“ rief die Stimme.
Auf unerklärliche Weise kam ich an eine Stelle, an der eine dunkle lange Linie den Kanal vermuten liess, durch den wir zum Ausstieg schwimmen sollten. Meine Hand berührte den Boden, ich stand auf. zog die Schwimmbrille vom Kopf und…… sah nichts. Ich torkelt Stimmen entgegen, sah dunkle Schatten und wurde am Arm gefasst. Ich konnte nur schemenhaft dunkle Schatten erkennen. Ein Helfer führte mich zum Umkleidezelt, wo ich abwarten wollte bis ich wieder etwas sehen konnte. Nach ein paar Minuten brachte mich jemand zum Rotkreuz-Wagen. Ich merkte, dass die Ärztin dachte ich hätte einen Kreislauf Kollaps. Naja, ein alter Sack der plötzlich praktisch blind ist. Nur mit Mühe konnte ich ihr beibringen, dass das Übel in den Augen sitzt. Dann bekam ich eine Augenwaschung, die, gelinde gesagt, für die Füchse war. Ich ging zur Wechselzone besprach mich kurz mit Gitty, fasste mein Rad und zog auf leisen Socken los. Sobald ich wieder etwas besser sehen sollte, würde ich aufs Rad steigen und weiter ginge die Party. Ich sah jetzt alles wie durch dichten Nebel. Mittellinie und Strassenrand konnte ich knapp ausmachen, also stieg ich aufs Rad und stemmte mich gegen den Wind. Mehr und mehr begannen nun die Augen zu brennen. (Schmerz vergeht, der Ruhm bleibt), also ging’s weiter der Spanischen Meisterschaft entgegen. Ich kann Schmerzen aushalten. Auch wenn sie fürchterlich werden. Die Tränen sabberten mir übers Gesicht, das Brennen wurde unerträglich. Endlich war ich am oberen Ende des Stausees angelangt und konnte mich von einem kräftigen Rückenwind treiben lassen, doch das Brennen wurde immer heftiger und die Sicht immer schlechter. Der Wagen, der die ganze Zeit hinter mir fuhr musste der Besenwagen sein. Als ich merkte, dass ich die Strasse nicht mehr wirklich erkennen konnte und ich vor Schmerzen schreien hätte können, gab ich auf. Zum ersten Mal in meiner Triathlon-Zeit habe ich aufgegeben.
            Nachher kam noch die Notfall Station. Dass die Höchstgeschwindigkeit auf meinem Tacho bei über sechzig Sachen lag, hat mich, als ich zu Hause das Ding wieder ablesen konnte, ziemlich erschreckt. Das nächste Mal kann’s nur besser werden.